337.- Recuerdo perfectamente cuándo nos conocimos. Fue en el Valle de Aran a primeros de los 90: Manolo Iborra con 38 años y yo con apenas 29, empezamos a compartir momentos, primero trialeros y ya más tarde personales y familiares.
En estos 32 años hemos forjado una buena amistad, de hecho con Manolo (y Emi también) es muy fácil ser amigo ya que siempre está dispuesto para todo, nunca tiene un no para nada y todavía no he conseguido verlo cabreado en alguna ocasión.
¿Habéis pensado alguna vez por qué mantenemos amistad con determinadas personas? Con las redes sociales es fácil confundir el concepto de la amistad. Parece que hay personas que tienen un montón de amigos (yo el primero) pero, ¿qué es lo que define una amistad?
Una verdadera amistad es aquella en la que no se mantiene la cuenta de los favores que se hacen sino que se mantiene una relación en la que se ofrece y se recibe ayuda incluso cuando no se espera nada a cambio.
Empático, sincero, optimista, escala de valores firmes, responsable, humilde… vamos, lo que llamaríamos en el argot coloquial “buena gente”. Así es Manolo.
¿Y por qué estoy aquí escribiendo esto? Pues muy sencillo, hoy “Don Manuel”, mi amigo, cumple 70 años.
Siempre he pensado que cumplir años es un motivo para celebrar con alegría. El hecho de estar vivo y tener proyectos para realizar ha de ser motivo de celebración, porque además y aunque últimamente has tenido algún “atropello”, llegar a los 70 como lo has hecho tú, es un verdadero privilegio.
Si por un instante miras hacia atrás no te asustes, verás que estas siete décadas transcurridas han pasado volando, pero seguro que han dado frutos maravillosos gestados a la medida exacta de tus sueños. Otros seguro que no, pero ya sabes, es la vida.
Deseo que por muchos años puedas mirar hacia el futuro con la esperanza y la alegría de seguir haciendo planes junto a los que más te quieren y ten por seguro que yo soy uno de ellos.
¡Felicidades Manolo!