121.- Cuando empecé con el tema de los triales de clásicas, allá por el 2003, no tuve ninguna duda de cuál tendría que ser mi moto, primero una Honda TLR 200cc y ya, más tarde, la misma pero en versión 250cc.
Ahora, con la llegada de mi nieto, “se me ha ido la cabeza” y le he encargado una RTL 50cc decorada tipo Rothmans, igual que la mía.
No sé si le gustarán las motos, menos aún si le gustará el Trial y todavía menos las clásicas, pero no he podido dejar de aventurarme en reconstruir esta fantástica moto a escala infantil, por lo que ya estoy deseando poder compartir, en un futuro, alguna salida trialera clásica con Aimar.
¿Me he vuelto loco?